Arrancamos el día con el anuncio del Gobierno de España en retrasar la aprobación del próximo Plan de Recuperación para este próximo viernes y no para la reunión ordinaria de hoy. Cuando parecía que la negociación con el Banco de España y las asociaciones representativas de las entidades bancarias habían finalizado, ahora dentro del propio Ejecutivo hay puestos encima de la mesa dos propuestas, las dos convergentes en la salvaguarda de las PYMES de sectores como el nuestro que no han recuperado actividad en un año, pero divergentes a la hora de destinar las cantidades bien para ayudas directas, bien para reestructurar la deuda, acciones que se sustentarán a través de tres fondos de apoyo directo a las empresas, que previsiblemente consistirán en un fondo canalizado a través de las comunidades autónomas y dedicado a ayudas directas para aquellas empresas más afectadas por las restricciones de movilidad. Inmediatez y certidumbre necesita nuestro empresariado, por y para la supervivencia de un sector que ha permitido en estas décadas el crecimiento del turismo, aportador de un 12% del PIB, riqueza económica que hoy toca revertirla en las PYMES para próximamente volver a ser garante del crecimiento económico y laboral en España. Toca esperar al viernes.