El último informe elaborado por la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU), alude a la escasez de conductores de autobuses y autocares en Europa, y señala que, en el caso de España, se van a producir 37.000 vacantes en el horizonte 2026.
En su estudio, “La profesión de conductor de autobús y autocar en Europa: acceso y atractivo”, publicado recientemente, se destaca que la escasez de conductores “está saliendo de control,” impulsada por el aumento de la demanda de transporte, y, por el envejecimiento de la población.
En el caso español, IRU considera que la situación de incremento del transporte, sobre todo turístico, tras la pandemia, y el aumento de las jubilaciones, puede tener un efecto, significativamente, multiplicador, hasta por nueve de cara al 2026. De hecho, en los nueve primeros meses de año, el informe destaca una demanda de conductores del 50 por ciento.
Esta situación tiene en “alerta roja”, al sector, tal y como señala Elena Pérez Gutiérrez, una de las formadoras y administradoras de la Autoescuela Goya, colaboradora de la Asociación Nacional de Empresarios de Transportes en Autocares (ANETRA), porque “parece que la gente no quiere trabajar como conductor de autobús o autocar, y prefiere otras profesiones”.
De acuerdo con el informe de la asociación internacional, en cuatro países analizados, considerados los que más operaciones de transporte de viajeros por carretera realizan anualmente, se van a producir unas 100.000 vacantes. En el caso de Alemania, 45.000, con una demanda no atendida del 38 por ciento; Polonia, 8.000 y un 22,4 por ciento; y Dinamarca, 10.000, y un 68,9 por ciento, a los que se suma España, con los ya señalados 37.000 puestos sin cubrir y un 57 por ciento.
La formación es otro de los aspectos en los que se incide desde IRU, tanto en el coste de los permisos, como en la edad de acceso a estos puestos de trabajo, y a la inserción de la mujer en ese mercado laboral, que, a juicio de la organización, es muy escasa.
El coste en España es, tal y como indica Pérez Gutiérrez, uno de los más económicos de Europa, con un coste medio de 2.000 euros, mientras que, por ejemplo, en Alemania se va hasta los 9.000 euros, o a los 6.000 en Dinamarca.
La formación está subvencionada en España, aunque tanto la Administración Central como las Autonómicas se han inclinado más por el transporte de mercancías, que por el de viajeros por carretera.
Sin embargo, “las autoescuelas hemos presionado, y hemos conseguido que en febrero van a salir unos bonos de 600 euros para ayudar al coste de los permisos de conducir”, ha destacado Elena Pérez, quien ha añadido que “este cheque, que por ejemplo va a dar la Comunidad de Madrid”, va a permitir que la “barrera económica de intentar conseguir un trabajo disminuya”.
En España, para acceder a un puesto de conductor no sólo vale con tener el permiso correspondiente para operar este tipo de vehículos, sino que hay que tener el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), que permite el transporte de viajeros. La edad mínima está en los 21 años, y no suele ser hasta los 24 años cuando se comience a desarrollar esta actividad, tras llevar a cabo el curso CAP de 280 horas, en el primer caso, o de 140 en el segundo.
Sobre la escasez de mujeres en esta profesión, que ya ha sido advertida desde IRU, que considera una inserción laboral en España por debajo del 10 por ciento, la representante de la Autoescuela GOYA señala que “es complicado, por la conciliación”, aunque se ve como una “gran posibilidad de mercado”.
Desde ANETRA se ha solicitado reiteradamente a las distintas administraciones que haga una labor con campañas informativas respecto al puesto del conductor además de requerir apoyo para formación de conductores y conductoras, entre otras medidas propuestas.