Camino de los once meses sin facturación e ingresos por parte del sector discrecional de transporte de viajeros por carretera, las tensiones de tesorería de las PYMES en hibernación están agravadas por el simple hecho de seguir teniendo que hacer frente a gastos que perfectamente se podrían aplazar. El Gobierno de España decidió la pasada primavera por un modelo de ayudas de estado denominadas horizontales, pero pensadas en que la pandemia se levantaría para el pasado verano, o como mucho para el otoño, y que las empresas regresaran paulatinamente a la actividad. No ha sido así. La campaña de verano no existió y los servicios que se realizan desde entonces son solo entradas y salidas de colegios. Es fundamento suficiente para que se otorguen aplazamientos de gastos y ayudas directas que, junto con unas prórrogas mayores de las medidas conocidas hasta el momento, logren realmente que PYMES y puestos de trabajo se mantengan para cuando se logre inmunidad de rebaño mundial.

El autobús ‘perderá’ 2.400 millones hasta junio y urge ayudas directas – elEconomista.es